ORIENTACIONES PARA NIÑOS/AS CON MIEDO A LAS ENFERMEDADES, MUERTE...



Resulta normal en determinados niños/as la aparición de miedos y fobias hacia temas como la muerte o a sufrir enfermedades. En la mayoría de los casos, estos miedos remiten progresivamente con el paso del tiempo. No obstante, es recomendable tener en cuenta las siguientes orientaciones:

- Es necesario cuidar los modelos que presentamos. Si el niño/a sufre de miedo a enfermedades o la muerte no es conveniente que vea en nosotros o en personas cercanas estas actitudes de miedo y fobia. Nuestra actitud ha de ser modelo y referente para ellos.

- Intentar evitar en lo posible que el niño/a vea películas o vídeos en los que la muerte y la enfermedad estén presentes. Así mismo, no es necesario que el niño/a en este momento esté presente y escuche conversaciones de adultos relativas a enfermedades o muerte y mucho menos si están referidas a niños/as de su edad.

- Desdramatizar y restar importancia a situaciones temerosas de la vida, muerte, enfermedades…

- No amenazar al niño/a con ir al médico. Tampoco conviene en estos momentos en los cuales el niño/a presenta estos miedos asustarlo/a con posibles enfermedades derivadas de posibles malos hábitos (por ejemplo, si no te lavas los dientes se te picarán y tendrás que ir al dentistas). Una vez que se haya recuperado de estos miedos podremos hablar con normalidad de estos temas.

- Hablar y dialogar todo lo posible con el niño/a. En un primer momento ha de hablarnos de sus miedos para concretar realmente lo que le preocupa. Posteriormente hablaremos con él/ella para tranquilizarlo y hacerle  ver que la enfermedad y la muerte son parte de nuestra vidas, es algo natural que puede pasar a las personas, pero eso no quiere decir que les vaya a pasar a él/ella.

- El niño/a ha de sentirse seguro. Debemos hablar con él/ella y comentarle que no debe estar preocupado, que él/ella está sano y que sus padres están y estarán siempre pendientes del mismo/a, que cuidarán de él/ella y que en el momento que pueda enfermar por algo lo llevarán la médico y que no pasará nada. Hay que decirle que lo que él/ella tiene que hacer es sus tareas escolares y por supuesto pasarlo bien, que las enfermedades son cosa de mayores y que no debe preocuparse por ello.

- Intentar dar respuesta a todas las preguntas y dudas que nos pueda plantear el niño/a. Las preguntas sin respuesta pueden generar más dudas y por ello más ansiedad.

- Una vez se haya hablado con el niño/a como se ha aconsejado en los puntos anteriores, no conviene que saquemos el tema recordándolo una y otra vez. Tan solo se hablará de nuevo del tema si lo demanda el niño/a o es necesario porque sus miedos continúen o se agraven.

- Resulta de vital importancia que el niño/a no note nuestra preocupación ya que esto puedo ocasionar que aumente su ansiedad y continúen presentes estos miedos.

- Si tenemos que hablar de los miedos del niño/a con nuestra pareja, con algún familiar o maestro/a lo haremos siempre sin que el niño/a esté presente.

- Evitar en todo momento una actitud sobreprotectora con el niño.

- Dentro de lo posible se intentará llevar a cabo una vida lo más normal posible, sin dar demasiado importancia al hecho, sobre todo delante del niño/a.

- Es muy importante que todos los miembros de la familia actúen de la misma forma, siguiendo estas orientaciones y evitando posibles contradicciones.

- Reforzar al niño/a con elogios y halagos si sus miedos y fobias disminuyen, pero no excesivamente ni muy frecuentemente ya que pueden provocar un efecto negativo al recordarle al niño/a sus miedos.


- Si el miedo no remite con el paso del tiempo y se traduce en un nivel elevado de ansiedad que interfiere significativa y negativamente en la vida diaria del niño/a (por ejemplo, en la escuela, en los hábitos de sueño, alimentación carácter, …) sería conveniente la valoración del niño/a por parte de un psicólogo clínico.


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